jueves, 7 de febrero de 2008

Amistad

María es la perfecta embajadora en Nepal. Conoce a mucha gente y si no la conoce, la conoce. Por ella he conocido a Rajani y Shivendra. Ella es empresaria y diseñadora de ropa y el diseñador gráfico. Rajani tiene una mirada triste y fuerte, te mira dentro y te sientes visto realmente. Shivendra es la sonrisa dulce, infantil, madura, la risa. Después de la cena en el restaurante Rajani nos invitó a cenar en su casa el sábado. Yo quedé con Shivendra en visitar su estudio para enseñarme sus trabajos. Cuando vi lo que hacía recordé zonas creativas de mi memoria pasada, que probablemente yo apagué y entré en contacto con lo mas libre de mi, envejeciendo hacia atrás, hasta llegar a los 27. Con su mirada actual conecté de golpe con la libertad.
Todo comenzó en el supermercado, igual que en España y muy diferente. Cuando llenas tu carro sales del super, sin pasar por caja, a la fruta, flipas con las frutas y verduras que hay, y vuelves a entrar para pagar la compra. No hay policías ni seguridad. Los nepalíes son así.
Seguimos a la casa de Rajani. El camino y la zona es de nueva autoconstrucción; su casa es bonita. Para entrar hay que descalzarse y todo tiene moqueta y fría humedad. Allí vive una familia que cuida la casa y una chica alemana que hace negocios en la ciudad. También está la hermana pequeña de Rajani de una belleza espectacular y una mirada ante la que es imposible quedar indiferente. La comida, un banquete realmente, estaba buenísima y todo era casero. Ensalada de brécol con tomate y zanahoria, pollo con crema de leche, guisantes guisados con verduras y muy especiados, patatas hervidas con cilantro, espinacas cocidas con algo que no se que es, deliciosas. Y algo que me sorprendió: al terminar se sirve un vaso de agua caliente. Yo, naturalmente, lo tomé y me sentó muy bien. Nosotros compramos el vino, rioja malo, y dulces que no se tocaron. Comí por primera vez la fruta del tamarindo con un signo de amistad muy especial.

1 comentario:

Fátima García dijo...

Buenos días.
Da gusto leerte, y transportarse un poco contigo.
Ahora, leyéndote, y tirando algunos años para atrás me he acordado de una virgen estilizada y de largos cabellos naranjas, q me encanta.
Besos, besos, y besos.
Y algún beso pequeño a los ausentes presentes :-)