Anoche cené en un restaurante nepalí estupendo. Solo ver los camareros uno pensaría que previamente pasaron un casting. Está situado en una casa típica de Katmanthu con una antiguedad de mas de 100 años restaurada. Los comensales estamos sentados en el suelo y nos sirven la comida con muchísimo encanto. Estábamos, por el lado europeo, María, Susana y yo, por el nepalí, Rajani y su amigo Shivendra. En resumen nos pusimos muy alegres y locuaces, incluso llegamos a entendernos en diferentes idiomas gracias a un aguardiente de arroz hecho en Nepal. Después, linterna en mano, nos dirigimos al hotel por las oscuras calles de esta ciudad que se queda a oscuras cada cinco horas. Por cierto, cuando vuelva tengo que estudiar ingles-nepalí sin falta ya que no tiene nada que ver con el de América ni el de Uk.La otra opción es estar siempre borracho del Sake de Nepal.
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